Trabajando la libertad y el desapego.
Finalmente comienzo a experimentar lo que siempre anhelé: viajar más liviana.
Entendiendo el proceso del disfrute del viaje, Intentaré compartir este sentimiento.
Ahora ya arriba del avión puedo asegurar que la primera prueba está superada: “Armar la mochila”
Para esto tuve que:
✅ Escribir en mi cabeza qué NO podía faltarme.
✅ Pensar qué clima iba a hacer y para cuántos días (aclaro solo 3 ????).
✅ Motivo del viaje y lugares posibles a visitar (casi una locura porque nunca sé exactamente, a menos que esté viajando específicamente a grabar).
Así fue como en mi mochila no podía faltar:
✅ Maquillajes
✅ Secador de pelo
✅ Lentes de leer
✅ Lentes de sol
✅ Notebook, la próxima la reemplazo por Tablet
✅ Ropa interior
✅Bikini
✅ Un par de remeras
✅ Vestido y un calzado extra
Me sentí casi desnuda sin equipaje y con esa sensación de que me faltaba algo, y ¿qué hago si refresca mucho?, ¿y la planchita para el pelo que dejé?… ¿no les pasa que siempre creemos que lo que dejamos es de vida o muerte o seguro lo vamos a necesitar?.
Además, todo el tiempo dándome vuelta como pensando ¿mi valija dónde está?
Experimenté el síndrome de la ausencia de valija????.
En fin en mi próximo blog les cuento cómo resultó. Vamos por la prueba 2: ¿Cómo fueron los 3 días con equipaje de mochila y dependiendo únicamente de mí?